miércoles, 10 de abril de 2013

Juegos Físicos vs Digitales - Parte 1



Seguramente muchos de ustedes, estimados lectores, ya han sorteado este dilema, o en su defecto, le han restado oportunamente, el excesivo interés que por tradición le hemos puesto.

En mi caso, para bien o para mal, apenas comienzo a alimentar el dilema. ¿Comprar un juego físico en la tienda retailer, o comprar un juego descargable en la tienda virtual? Menuda cuestión.


Por un lado tenemos el tradicional espíritu del coleccionismo. No hay persona que no esté orgullosa de jactarse propietario de algún artículo de edición especial, sea un reloj, un celular, un auto, en fin. La posesión de cualquier artículo, o un conjunto de ellos, nos da un curioso valor agregado. En el caso de los que somos videojugadores, puedo estar seguro que sentimos una sensación de orgullo perfectamente arraigada cada vez que volteamos a ver el anaquel, o repisa donde se encuentran postradas las cajas de nuestros juegos (sea que tenga disco o no).

En la otra mano, tenemos que la evolución nos ha presentado la posibilidad de dejar de salir de casa para poder adquirir un juego. Simplemente accedemos a la tienda en línea de la consola que disfrutamos y ¡voilá! A la mano tenemos un catálogo casi tan amplio como cualquier tienda en la ciudad. Un par de clicks, digitas los números de tu tarjeta de crédito/débito, y después de un par de minutos en descarga tienes el mismo juego de la tienda de retail instalado en tu consola, Así sin más.

Se pierde claramente ese sentido de la pertenencia. Se pierde el sentido de la propiedad sobre el producto, pero se gana una impresionante comodidad como jugador. Te olvidas de sacar un cartucho o disco, te olvidas de buscar dónde guardarlo (o dónde perderlo), y claro, solamente enciendes tu consola y tienes acceso inmediato al juego en cuestión.

A mí me pasó con Monster Hunter 3 Ultimate para mi 3DS. Lo descargué en formato “digital” hace un par de semanas. Agobiado por la –otra vez– pésima distribución de productos en tiendas de “prestigio”, y la falsa promesa de que “llegaría esta semana”, me vi en la necesidad de descargarlo directamente de la eShop. Pude haber esperado, es cierto, pero en las condiciones en las que actualmente nos encontramos, la demora podría ser de hasta un mes. Y lo primero que queda en riesgo en esas circunstancias, es la cartera.

Así que le dediqué un par de horas a la descarga… ¡No se imaginan la comodidad de tener instalado en la mismísima consola un juego de esa envergadura! Simplemente abres la consola y ya está. El más puro sentido de la portabilidad expresado en una descarga.

Creo que cada quien tendrá su opinión al respecto. Yo sigo pensando en que es muy padre ver las cajas de nuestros juegos en la repisa. Aunque no pierdo de vista que la tendencia va hacia otro lado. Ya ha pasado antes, y seguramente en esta industria esa evolución no será diferente.

¿A quién no le gustaba tener las cajas de sus cassettes o CD’s en la repisa? Y sin embargo, nadie dejó pasar tiempo para “encodear” nuestros disco en *.wav (o en *.mp3 algo después) tan pronto como se nos presentó la oportunidad. ¿Y en qué terminó el asunto? En que al día de hoy los discos se encuentran tremendamente a la baja en comparación con las tiendas de música digital. Es más… ¿Quién sigue usando sus discos o cassettes para escuchar música? ¿Alguien todavía tiene un walkman o discman funcionando?

No digo que no haya quién mantenga estas dinámicas de la compra de música en la disquera, pero tampoco puedo ocultar la poderosa tendencia que tenemos enfrente.

Cada quien decidirá sus preferencias. Y en lo personal, meditaré un poco más antes de subirme al barco de la era “digital” en materia de compra de videojuegos. Esperando no sea demasiado tarde.

Saludos a todos.

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