lunes, 17 de junio de 2013

AC: New Leaf. Just Saying


El apabullante éxito de Animal Crossing: New Leaf me tiene un poco consternado. No quiero decir nada entre líneas… es solo que este título me hizo sentir algo de nostalgia.

En el pasado, cuando salía un videojuego nuevo, lo jugabas con la pasión correspondiente, pero con la paciencia requerida para darte el tiempo de conocer cada ínfimo detalle de tu juego nuevo. Pasaba esto incluso con las Arcadias… Joe & Mac, Snow Bros, Mortal Kombat...

La curva de aprendizaje no era tan pronunciada como lo es ahora. Siempre tenías el tiempo suficiente para conocer a tus personajes, sus movimientos, sus características. Por tu mente no pasaba la idea de que fueran a sacar una secuela para mejorar las gráficas, el audio, las mecánicas del juego, el diseño de niveles…
El tiempo en el juego era siempre el necesario para comprender lo que los desarrolladores trataban de expresar a través de su trabajo, sus vivencias, sus expresiones, el camino que los llevó al producto final: ese juego que te encontrabas jugando.

Ahora la industria es tremendamente más dinámica. Debes terminar un juego a la brevedad posible, con la mayor cantidad de logros a tu alcance, y eso en menos de un mes, porque a la vuelta de la esquina se encuentra el próximo lanzamiento de tu otra franquicia favorita. Y así, cada quince o veinte días. Omitir esta mecánica te hace, en estos tiempos, un videojugador lento, desconectado, inexperto.

Animal Crossing: New Leaf me da esa sensación: La de jugar a prisa por que se aproxima el nuevo Pokémon. Me hace sentir que hay que hay que conocer y exprimir, con la eficiencia y la eficacia de una máquina automatizada, lo que el juego te propone, antes que salga el nuevo Smash Bros.

De donde yo vengo, las cosas no son así, el sentimiento de gozo por un juego no es tan vertiginoso, el sabor de la experiencia debe ser lo suficientemente fuerte para que te dure muchos años y te deje una enseñanza que puedas aplicar un par de veces en tu vida. De donde yo vengo, la música de un juego se queda contigo para siempre, sin necesidad de que te la tengan que repetir una y otra vez, secuela tras secuela. De donde yo vengo, un juego se bebe con el fervor de algo que se adhiere, para siempre, a tu vida.

Just saying.

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