sábado, 5 de noviembre de 2011

Lo jóvenes, los adultos y los videojuegos.

Haciendo cuentas no muy precisas, y sin la intención de desatar polémicas conversaciones de la fecha exacta en que se inició formalmente la maquinaria comercial de la industria videojuegos como un negocio global, me inclino a creer que fue a principios de la década de los 80's cuando los videojuegos empezaron a llegar regularmente a la casa de quienes, en ese entonces y en la mayoría de los casos, eran solamente niños.

Pasaron los 80's, pasaron los 90's y pasaron los primeros 10 años de este "nuevo milenio". Y los videojuegos se volvieron materia común en las viviendas de todo el mundo y los niños que hace 30 años eran simples escuincles mocosos, hoy son ya adultos hechos y derechos.

En este emblemático lapso de tiempo se crearon dos estereotipos que quedaron arraigados a la imagen de la industria:

El primer estereotipo va ligado al nombre genérico de la industria del entretenimiento electrónico: Video-'JUEGOS'. Los videojuegos (aunque no estemos de acuerdo) por lo general los encontramos a un lado de la sección de juguetes en las tiendas departamentales; en lugar de tenerlos en la zona de electrónicos, o en un área separada como los discos de música y películas. ¿Por qué? ¡Porque son juegos!

El segundo estereotipo es más sencillo de entender y deriva del primero: "Los videojuegos son juegos, y los juegos son para niños".

Pensando mercadológicamente, los niños son una gran fuente de consumo de la industria (a través de sus padres, claro está) y en muy buena medida son los causantes que el desarrollo de las consolas mantenga su evolución tecnológica.

Así mismo, a lo largo de esta evolución "treintañera", los videojuegos han arrastrado a los que con el paso de los años dejan de ser niños y pasan a ser jóvenes, y a su vez arrastra a los jóvenes que se convierten en adultos. Esto hace que la diversidad en el contenido de los videojuegos se vaya ampliando, y podamos encontrar géneros para todos gustos y capacidades.

Ahora bien, resulta que con conforme avanza el tiempo, los jugadores crecen y maduran, el contenido de los títulos crece y madura, la misma industria crece y madura. Sin embargo, el estereotipo que tiene el resto de la sociedad no crece ni madura. ¡Sigue siendo el mismo!: "Los videojuegos son juegos, y los juegos son para niños".

Tenemos pues que esta disfuncional premisa que se tiene de la industria del entretenimiento electrónico ha enfrascado en un escaparate ideológico a hombres y mujeres videojugadores que hoy son padres/madres de familia, o jóvenes estudiantes universitarios y de postgrados, con una vestimenta que no les corresponde:

Jóvenes y adultos INFANTILES o INMADUROS.

A veces resulta tedioso el tener que lidiar con esta profunda cicatriz de la sociedad, cuando un videojugador experimentado se encuentra con algún individuo con un escaso y mediático sentido de orientación en el tema, pero bueno. Es parte del oficio.

Sumemos el hecho de que entre los mismos videojugadores nos discriminamos unos de otros, escudándonos en las arcaicas enseñanzas de la vieja y la nueva escuela.

Aquellos que vivimos con tesón la travesía de MegaMan para vencer al Dr. Willy, criticamos la falta de color en FIFA12, y viceversa, aquellos que hoy disfrutan de la multiconectividad y calidad visual de Halo, desdeñan a los que recibían macetazos en Urban Champion.

Como resultado de estas mixturas, tenemos por un lado una sociedad que enraizó en sí misma la idea de que los videojugadores son adultos infantiles o inmaduros (y que, por cierto, no pierde oportunidad para hacerlo notar) y por otro lado tenemos una comunidad de videojugadores fracturada, desorganizada y con muchas áreas de oportunidad de desarrollo.

Hoy por hoy, un videojugador "mayor", es una persona mucho más completa que la que los estereotipos profetizan. Un videojugador adulto, es una persona que cumple con esmero sus responsabilidades familiares, laborales, y/o académicas, y a su debido momento, se toma el tiempo de disfrutar de la que considera la mejor entrega de la serie del juego de su preferencia, en la consola que más le gusta, en el tiempo que considere necesario.

Un videojugador "mayor", responsabiliza su consumo, orientando sus preferencias a las especificaciones que como videojugador requiere, de acuerdo a sus gustos y experiencia, y no al apabullante contenido mercadológico que encamina a los videojugadores menos experimentados.

Creo que a demás de esto, un videojugador maduro, aporta, en la medida de sus posibilidades, a mejorar la industria en lugar de solamente alimentarse de ella.

Treinta años después de que los videojuegos entraron en nuestras vidas, lo verdaderamente infantil es creer que, al día de hoy, no ha habido evolución en la industria; y lo verdaderamente inmaduro es seguir jugando como si esta evolución no existiera.

Saludos a todos.

2 comentarios :

  1. Totalmente de acuerdo con tu opinión.

    Pero tampoco la industria ha madurado. Ahí tenemos el ejemplo de la prensa amarillista que siempre enaltece las gráficas HD y los grandes cinemas, en contra de una jugabilidad pobre y repetitiva.

    El cambiar la idea de que los videojuegos son cosas infantiles incluso ahora es complicado, en especial porque si no juegas un Halo, un FIFA, un Madden o parecidos, no eres un "videojugador maduro". E insisto, esos motes los puso la industria, no tanto los videojugadores.

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  2. Muy acertados tus comentarios, el problema es que muchos video jugadores (a partir de los 18 años) cuando están entrando a la etapa de adultos jóvenes, por una cuestión ideológica abandonan su afición a los videojuegos, tengo 24 años y eso me sucedió, por dicha he vuelto al mundo de los videojuegos (como siempre lo he estuve de niño), ahora más maduro y con la capacidad de disernir muchas cosas como las q mencionas, saludos!

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